Si estáis en pleno proceso sabréis de lo que os hablo, sino os lo cuento…

Cuando tu hij@ cumple 3 años o está apunto de cumplirlos, empiezas a pensar a que centro escolar te gustaría que acudiese. Es una decisión importante pues va a pasar en dicho centro como mínimo 9 años, así que hay que mirar muy bien y escuchar opiniones, aunque la verdad esto último es secundario, pues de un mismo centro escucharas muchas opiniones diferentes, unas buenas, otras regular, otras malas,…

Lo primero que hemos de tener en cuenta son los requisitos indispensables que debe reunir dicho centro, como por ejemplo:

  • Proximidad del centro al domicilio familiar o a nuestro puesto de trabajo.
  • Instalaciones, con patio exterior (al menos que vean la luz del sol no solo a través de las ventanas)
  • Que dispongan de servicio de comedor, si no podemos recogerlos para comer en casa.
  • Que dispongan de servicio de entrada por la mañana más pronto, si nuestro horario laboral no nos permite dejarlo a las 9.

Una vez hemos encontrado un centro que cumple con los requisitos nos queda enterarnos de cuando hacen la jornada de puertas abiertas y acudir para conocer el centro, la dirección y el equipo docente del mismo, así como la propuesta educativa de que disponen.

Si tenemos la suerte de que cumple los requisitos, el colegio nos ha encantado, su propuesta educativa nos parece la ideal para nuestro hijo y el equipo docente nos ha convencido, hemos tenido mucha suerte, aunque ahora lo que nos toca es preparar papeles como para hacer una oposición, rellenar un formulario en el que además de ese centro tan maravilloso deberemos indicar otros 9 más ¿9? ¿pero hay tantos centros en mi localidad o las proximidades que me gusten? pues los habrá seguro, la duda es si nos gustarán tanto, pero bueno, como me dijo el conserje de un centro «pon los 10  centros, porque de los que menos te gusten seguro que te gustarán más que el centro que te pueda tocar si no los indicas» lo que viene siendo que, si solo pones los 2 o 3 centros que más te gustan, si ahí no tienes suficientes puntos y no tienes plaza, te colocarán a tu hijo en un centro donde la gente no quiera llevar a sus hijos.

Bueno, seguimos con el proceso. Nosotros presentamos los papeles para solicitar centro y para ello te piden mucha documentación que certifique tu situación personal, familiar y laboral. Como se suele decir «más vale que sobre que no que falte» así que lleva toda la documentación con originales y fotocopias y luego en el centro que discriminen lo que necesitan y lo que no.

Una vez presentada la documentación te toca esperar unos 20 días hasta que salen las listas donde se indica si has tenido suerte (de suerte nada, has de cumplir determinados requisitos para obtener puntos que te permitan sumar al menos el mínimo solicitado para que tu hijo pueda ir al centro que deseas. Cumplir los requisitos tampoco es nada fácil, valoran proximidad al centro, renta familiar, si tienes hermanos en el centro, si sois familia monoparental, familia numerosa,…) y podrás llevar a tu hijo durante los próximos 9 años al centro que querías o a cualquiera de los otros 9 que habías indicado en el listado.

Como veis no es un proceso rápido, ni sencillo, ni vamos a ser sinceros justo, pues se valoran determinadas cosas a la hora de dar o no puntos que son discriminatorias, pero como no podemos luchar contra eso, no nos queda más que armarnos de valor y paciencia, mucha paciencia 🙂

¿Como ha sido vuestra experiencia?

La verdad que en 10 años que hace que matriculé a mi hijo mayor han cambiado mucho las cosas, ahora son más selectivos en este proceso, piden mucha más documentación y tienen en cuenta a la hora de puntuar cosas que antes no se valoraban.

 

 

 

La educación de nuestros hijos es importante, han de formarse en diferentes materias para adquirir un amplio abanico de conocimientos, pero también es muy importante que les eduquemos en valores.

Educar en valores consiste en que no se limite al aprendizaje de materias, habilidades y temarios, planteándose metas relacionadas con el ámbito moral y el civismo, con objetivo final de formar ciudadanos responsables.

Esto es muy importante y aunque está claro que una parte importante de dicha educación se debe de dar en casa, considero que en los centros educativos los profesores deberían hacer lo mismo.

Con tantos casos de bullying como aparecen cada año en los centros escolares, debería generarse una educación en los centros y crear un protocolo de actuación para junto con las familias afectadas tratar y atajar dichos abusos. Que no digo que no los haya, seguro que hay centros donde llevan muy controlado todo esto, pero también sé que no en todos.

En casa sufrimos hace algunos años un caso de bullying con uno de nuestros hijos y os aseguro que se pasa muy mal cuando veas a tu hijo noche tras noche llorar contándote lo que le ha pasado y contándote como en el centro no le hacen caso. Ir reunión tras reunión con la dirección y los responsables del centro y que aparte de negar los hechos tampoco veas implicación en el asunto es muy frustrante y genera una sensación de impotencia horrible.

Queda mucho camino por andar en estos temas, pero por suerte se va trabajando, aunque aún se ven actitudes y comentarios en chavales que te hacen plantearte que tipo de personas estamos formando para el futuro.

Evidentemente educar en valores no solo abarca trabajar la igualdad y la no discriminación, también incluye la educación sexual, el consumo lógico y razonable, el medio ambiente, el cumplimento de las normas, promover la salud,… hay muchos frentes que trabajar. Lo ideal sería que las familias y los centros escolares aunasen esfuerzos para conseguir una buena educación en valores.

¿Como veis la implicación por parte de los centros escolares?

 

Como os puse hace unos días en stories hemos empezado la operación: «quitar el pañal». De todas las fases por las que pasan nuestros hijos cuando son pequeños, creo que esta es una de las más complicadas para ellos y más estresantes para nosotros.

Lo más importante de esto es no agobiarse. Cada niño es un mundo y cada uno lleva un ritmo. A Miguel le quitamos el pañal con 2 años y medio y se cogió super bien, a los 2 o 3 días ya hacía incluso caca en el baño y a la semana ya no llevaba pañal para dormir, así que fue muy rápido.

Sin embargo con Noah, ha sido a los 3 años y aunque estaba preparado más que de sobra, él no quería, hasta que ya fue necesario porque hacía tanto pipi en el pañal que se le salía y tocaba cambiarlo todos los días después de la siesta y a media noche….como le decíamos nosotros «haces pipi de mayor y el pañal es para niños más pequeñitos» 🙂 Nunca hemos querido agobiarle con este tema porque si una cosa tengo clara es que cada niño lleva su ritmo y cuando les fuerzas a hacer algo no consigues lo que esperabas. Tienen que estar preparados, convencidos y decididos para hacerlo.

Llevamos semana y media con el proceso y la verdad es que no nos podemos quejar, nos hubiese gustado que fuese un poco más rápido, pero bueno, no nos podemos quejar. Aún estamos en la fase en la que se hace la caca encima, esta semana pensábamos que habíamos superado esto porque empezó a hacer caca en el baño, pero no, ha vuelto a hacerse caca encima. Por la noche le sigo poniendo el pañal para dormir, aunque la mayoría de las veces cuando se levanta el pañal está totalmente seco.

Generalmente nos «agobian» con que hay que quitarles el pañal el verano antes de entrar al cole porque han de escolarizarse controlando perfectamente los esfínteres y generalizar tanto es malo. Todos los niños no empiezan el cole a la misma edad, ni llevan el mismo desarrollo. En nuestro caso Miguel entró al cole cuando le faltaban 3 meses para cumplir 3 años, sin embargo Noah entrará cuando le falten 4 meses para cumplir los 4…la diferencia es enorme y evidentemente no están igual de preparados, ni son igual de maduros.

Les pedimos a los niños que crezcan deprisa y que lo hagan bien, es decir, queremos que hagan a la perfección lo que se supone que deben hacer a una determinada edad y no…ahí es donde todo empieza a fallar. Me voy a repetir pero, cada niño es diferente y lleva un desarrollo y un ritmo diferentes, no empezamos a presionarles desde tan pequeños.

¿Que tal fue vuestra experiencia con el pañal?