
Cuando se es hijo único como es mi caso, entender la relación entre hermanos no es fácil. Todas mis amigas tenían hermanos mayores y/o pequeños y había una parte de mi que las envidiaba, pero no llegaba a entender la relación, el sentimiento y la conexión que podían tener entre ellos.
Siempre dije que tendría al menos 2 hijos, porque quería que si tenía un hijo supiese que era tener un hermano, que tuviese alguien con quien compartir su vida, sus juegos, sus risas, sus llantos…todo.
He de decir que la relación de mis amigas con sus hermanos no siempre era idílica. Igual jugaban juntos como estaban peleándose, pero como todo son etapas, conforme fueron crecieron sus relaciones mejoraron y se llevan de maravilla y se apoyan en todo.
Está claro que tener más de un hijo no es sencillo, por muchos motivos y uno de ellos son las peleas, siempre hay uno que pincha al otro y acaban liándose a discutir e incluso a pegarse.
Hay que intentar no meterse en medio, explicarles cuando se enfaden que tienen que buscar ellos una solución, a ver, hasta cierto punto, si la cosa pasa a mayores y terminan pegándose evidentemente hay que intervenir, separarlos y calmarlos, entonces una vez calmados deben intentar solucionar sus diferencias, si es necesario con nuestra ayuda y pedirse perdón.
Si las peleas entre nuestros hijos son constantes también hemos de observar el motivo por el que habitualmente se pelean y pensar nosotros como tratamos a cada uno, aunque intentemos no favorecer más a uno que a otro puede que de forma inconsciente lo hagamos y es probable que ese sea el motivo de algunas de sus peleas…los celos.
Siempre habrá un hermano mayor que verá alterada su vida dentro de la familia, porque el tiempo que antes dedicábamos en exclusiva para él ahora ha de compartirlo con un bebé que necesita a mamá y a papá casi en exclusiva. Aquí lo importantes es que los papis hagamos piña y nos organicemos para no desantender a ninguno en favor del otro. Divide y vencerás 🙂
En nuestro caso mi marido y yo pasamos de tener un hijo cada uno a tener dos y en poco tiempo ya eran tres, así que aquí el proceso de adaptación fue progresivo, pero fue un proceso para todos, no solo para los niños.
Por suerte Carla y Miguel a pesar de la diferencia de edad congeniaron bien desde el principio y Miguel siempre ha ejercido de hermano mayor con ella y siempre han tenido una relación de hermanos, porque igual que se buscan para jugar, se enfadan y se huyen.
Ahora los tres son una piña. Miguel y Carla se preocupan de Noah, juegan con él, le riñen cuando deben hacerlo,… bueno y le consienten también jajaja. Pero están los 3 encantados de tenerse y esperamos que siga siendo siempre así.
Lo importante es que los momentos de discusión y pelea sean los mínimos y que el resto del tiempo se lleven bien, se busquen, jueguen y se preocupen unos de otros. De no ser así habría que analizar bien donde está el problema entre ellos y buscar ayuda si fuese necesario.
¿Vuestros hijos pelean mucho?






