Hay muchas actividades que podemos realizar en casa con los peques, pero para mi cocinar es una de las mejores actividades que podemos compartir.

Cuando el peque de la casa ya andaba bien le compramos una torre de aprendizaje, porque le gustaba estar con nosotros en la cocina y ver lo que hacíamos…y es una de las mejores compras que hemos hecho para él.

Se sube cuando vamos a cocinar y nos observa, nos ayuda en lo que puede y una de las cosas que más le gusta es hacer el café. Tenemos una cafetera de capsulas y le encanta poner las capsulas, apretar para que salga el café, sacar la capsula…

También le gusta lavar los utensilios que utilizamos para cocinar.

Lo mejor es dejar que sean independientes para todas estas cosas, aunque evidentemente les guiemos en como deben hacerlas.

Pueden ayudarnos a cortar los ingredientes que vamos a utilizar y para ello lo mejor es utilizar estos cuchillos especiales para ellos, con los que pueden cortar perfectamente pero ellos no se pueden cortar.

Cocinar es una actividad muy completa, porque trabajan la psicomotricidad y la coordinación. También se trabaja la organización, pues hay que seguir unos pasos y después se ha de limpiar y recoger todo lo que hemos utilizado.

Además trabajamos la paciencia, sobretodo cuando metemos algo en el horno y están impacientes por sacarlo, ver como ha quedado y probarlo jajajaja.

¿Vuestros peques y no tan peques os ayudan en la cocina?

Nosotros tenemos pendiente hacer una especie de taller de cocina con los tres, en casa…cuando consigamos organizarlo y ponerlo en práctica os lo cuento 😉

Con 7 meses comiéndose una pera.

El Baby Led Weaning es el inicio de la alimentación complementaria a los 6 meses en forma de alimentos enteros, en lugar de triturados con el tamaño y forma adecuadas para que sea el propio bebé el que los coja con sus manos y se los lleve a la boca, en función de su apetito y preferencias.

Esto destierra por completo la idea de que los niños a partir de los 6 meses deben comer todo triturado y se les da la opción de elegir que, como y cuando quieren comer.

Cuando tuve a mi hijo mayor hace casi 13 años no se hablaba de esto y como madre primeriza ibas al pediatra y seguías todas sus pautas al pie de la letra…ahora toca papilla, pues papilla, puré, pues puré. Lo hice todo tal y como me decía el médico y a ver, no nos engañemos mi hijo crecía y se desarrollaba sin ningún tipo de problema.

Cuando me quedé embarazada del pequeño, empezamos a conocer la alimentación paleo, empezamos a ser conscientes de lo mal que nos alimentábamos, sin saberlo y empezamos a plantearnos hacer un cambio en nuestra alimentación y en la de nuestros hijos.

Cuando nació seguí leyendo e indagando y me compré el libro El niño ya come solo y la verdad que me sirvió bastante de guía. Llegados a este punto teníamos claro que no íbamos a hacer la transición de la leche a alimentación a través de los purés y las papillas.

Cuando fuimos a revisión al pediatra de la Seguridad Social, nos empezó a explicar como teníamos que preparle papillas y purés y nos dio la siguiente fotocopia (se ve muy mal, pero es así como nos la dió…fotocopia, de fotocopia, de fotocopia) Me guardé la hoja no sé muy bien porque, porque tal y como nos la dio la leímos y la guardé. Ah! por supuesto también nos dio unos sobres de muestra de cereales, para las papillas, que evidentemente acabaron en la basura.

 

No le comentamos que teníamos pensado hacer BLW, porque sabíamos que hasta varios meses después no iba a visitar al peque, pues como sabéis las revisiones por la Seguridad Social son programadas cada x meses. Cuando nos tocó la revisión con nuestro pediatra privado se lo comentamos (las revisiones durante el primer año eran mensuales y sabíamos que habría un seguimiento) y nos animó a hacerlo, lo que fue un consuelo porque sabíamos que si surgía alguna duda él nos la podría resolver, además podríamos ver si estaba funcionando bien mes a mes.

Empezamos con verdura cocida, como zanahoria, brócoli,…la introducción de carne, pescado, huevos, lacteos y frutas si que la hicimos progresivamente siguiendo unas pautas, pues evidentemente no se puede introducir todo enseguida. Además tampoco empezamos a los 5 meses (que indica el papel de las papillas y los purés) sino que a los 6 meses cuando ya se mantenía bien sentado en su trona (esto es muy importante para empezar con BLW) empezamos a ponerle delante alimentos de un tamaño que él pudiese manejar.

No fue coser y cantar, habrá niños que se adapten muy bien y rápidamente al BLW, pero en nuestro caso nos costó un poco, empezó bastante bien pero se paró y parecía que no le apetecía nada de lo que le poníamos para comer, así que no tuvimos más remedio que ofrecerle algún puré para que tampoco se quedase con hambre y así nos funcionó estupendamente. De hecho en poco tiempo estaba comiendo lo mismo que nosotros.

Así que en nuestro caso fue todo un acierto y lo recomiendo por completo. Desde que empezó a tomar alimentos sólidos cuando hemos salido a algún restaurante nunca hemos llevado comida específica para él, cosa que con el mayor siempre iba con la papilla (casera) detrás en un termo.

¿Que opináis? ¿Habíes practicado BLW con vuestros peques?

Os cuento mi experiencia, cuando tuve a mi primer hijo hace casi 13 años durmió en su cuna, en mi habitación y a los dos meses coincidiendo con que nos mudábamos empezó a dormir en su cuarto. Además cuando escuchaba a alguien contar que hacía colecho (en aquel momento esa palabra no se escuchaba, era decir que tu hijo dormía en tu cama) hasta incluso los 7 u 8 años me parecía una barbaridad y no lo entendía.

Ahora con el pequeño, durmió en su cuna en nuestra habitación hasta los 6 meses y quise hacer el intento de que durmiese en su habitación…cosa que me duró 2 o 3 meses, porque cada vez me costaba más que se durmiese y se quedase solo, así que empecé durmiéndolo en mi cama y después pasándolo a la cuna en su habitación, pero al final se despertaba al pasarlo o a media noche, hasta que al final…se quedó definitivamente en nuestra cama.

No tardamos mucho en comprar una cama más grande, pues con lo que se mueve no descansábamos bien ninguno de los 3. Total que ahora dormimos en una cama de 2x2m 🙂 y oye tan bien, aunque aún así hay veces que mi marido y yo dormimos cada uno en una orilla de la cama y él encima de uno de los dos o de forma que tiene la cabeza en la espalda de mi marido y los pies en la mía o al revés…vamos, una fiesta jajajaja.

A veces pienso que me gustaría que durmiese en su habitación, para volver a dormir cerca de mi marido, aunque en el fondo me gusta tener al peque cerca. Me gusta porque sé que duerme tranquilo y agusto teniéndonos cerca y además cuando está enfermo es la mejor forma de tenerlo más controlado.

Lo mejor de tenerlo en nuestra cama es el despertar de los días que no tenemos que madrugar, porque se despierta, nos da los buenos días y un beso y eso…vale todo el oro del mundo. Además nos permite remolonear con él en la cama, viendo la tele, jugando, riendo,…

En fin, que como se suele decir «nunca digas nunca» o como diría mi madre «la lengua es un trapo» así que lo que dices que no harás nunca o lo que criticas de otros, hay veces que lo acabas haciendo tu también. ¿No os pasa también?

Después de las dos experiencias tan diferentes, sin lugar a duda me quedo con esta, con el colecho. Aunque he de reconocer que aunque me gusta mucho que duerma con nosotros y que lo pasaré mal cuando empiece a dormir en su cuarto, tampoco querría demorar mucho ese momento. Pero como nunca se sabe y cada niño es un mundo y lleva sus propios ritmos…pues eso, que será cuando él quiera, porque si algo he aprendido en estos 13 años es que lo mejor es respetar sus ritmos, para quitarles el pañal, el chupete, que duerman en su habitación, pasarles de la cuna a la cama,…todo!

Y vosotr@s ¿habéis colechado?